El lunes fue mi primer día de trabajo con los niños. Por la mañana prontito preparamos a Leonie para el colegio, que empieza a las 8, y a Moritz para la guardería, que empieza a las 9. Esta semana todavía está Rike (la mamá) en casa, así que se puede decir que es el período de "adaptación".
Mientras los niños estaban en el cole, yo acompañé a Leo al aeropuerto. Volví alrededor de las 12'15, y a los 15 minutos volvió Leonie del cole, ya que justamente aquél día la profesora de su última clase del día estaba enferma, y da la casualidad de que el cole está en la misma manzana que la casa. Comimos juntas y decidimos hacer una tarta para el día siguiente - ella tenía una obra de teatro en el cole y todo el mundo tenía que llevar algo de comer-, Butterkuche, típica receta alemana. Fuimos a comprar, y de camino recogimos a su mejor amiga Lena del cole, que se vino con nosotras y nos ayudó a cocinar.
Llegamos a casa del supermercado un poco antes de que Rike volviera con Moritz y un amigo de éste, y al cabo de un rato se fue, dejándome sola a mi merced con dos niñas preadolescentes y dos terremotillos de sexo masculino de 4 años con pocas buenas ideas en mente. Los niños se metieron en el cuarto a jugar, mientras las niñas y yo hacíamos la tarta. Antes de terminar la tarta del todo, la receta ponía "dejar la masa reposar y a la levadura hacer efecto durante unos 20-30 minutos", y eso hicimos. Yo me fui a la sala con el portátil, y las niñas se metieron en el cuarto a llamar al chico que les gusta a las dos (tendría que haber grabado las conversaciones, eran de lo más graciosas y ridículas a la vez). Estaban muy interesadas en saber si él quería estar "en una relacion" - tienen 9 años-. No comments!
De pronto un griterío - mayormente de voces femeninas - me despierta de mi letargo ante el ordenador. Las niñas están gritando algo relacionado con que los niños se han metido en el cuarto de baño y se han quitado la ropa y hay agua por todo el suelo... Efectivamente, cuando llego a la puerta del cuarto de baño, este es el panorama que me encuentro:
- los niños, de 4 años, están completamente desnudos, y su ropa esparcida por todo el suelo, amén de muchos muchos juguetes.
- hay salpicones de agua por todo el suelo, sobre la ropa y los juguetes, y alrededor del váter.
- ambos niños llevan gafas de natación puestas (lo entenderéis en seguida).
- Moritz y su amigo tienen ambos un pie DENTRO del váter, y se están apoyando con las manos en el borde, a punto de meter el otro.
Evidentemente en cuanto llego allí y pego el típico grito de "qué está pasando aquí?!" se quedan congelados mirándome. Y yo intentando controlar mi ataque de risa. Cómo le pegas la bronca a dos niños de cuatro años, mientras los ves desnudos, con gafas de natación, e intentan explicarte con sus propias palabras que "intentaban pasar AL OTRO LADO del váter"? Eso explica lo de las gafas. Y yo me pregunto... qué narices es el otro lado del váter?
Por supuesto después de haber controlado mis ganas de tirarme al suelo de la risa, les pegué la bronca, les hice vestirse inmediatamente, y recoger todo lo que habían desordenado, mientras se vestían lentamente y con la cabeza gacha, avergonzados, aunque también creo que un poco orgullosos de su proeza y de que por poco no se salen con la suya. Luego les quité la llave del baño y cerré la puerta por fuera, para que nadie entrase sin mi permiso, y cada uno volvimos a lo nuestro. De camino a la sala, las niñas iban diciéndose la una a la otra "ayyyy qué asco, eh?".
En fin, historias de niñeras... como para escribir un libro!
Nota al pie: La reacción de los padres al contarles la historia no tiene precio. Fue bastante similar a la mía, al principio querían reirse, pero luego le echaron la bronca al nene por guarro. La frase clave es "Moritz, was für eine Idee! Wie ekelig!" (Moritz, menuda idea! Qué asco!).
jaja, cómo se dice "oh, dios mío" en alemán?
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