Hace cosa de tres meses, se nos acercó un curioso. René. Nos preguntó qué hacíamos, y si hacía mucho que nos reuníamos allí. Después preguntó si alguien se ofrecía para hacerle un gorro por encargo. Yo me ofrecí (de hecho, fui la única valiente...). Tras un par de semanas, en las que debatimos el patrón a utilizar, cómo sería el producto una vez terminado, el coste y la duración del making of... empecé el encargo.
Poco a poco me fue contando más detalles, que si es para una amiga mía, bueno, una chica que me gusta un poco, bueno, una chica que me gusta mucho, etc... Me contó la historia completa.
El gorro es para la chica a la que él "corteja". Es una amiga suya desde hace un tiempo, pero el Romeo quiere algo más. Hace poco le regaló un vestido en colores morado y verde turquesa. El gorro que le estoy haciendo es morado y verde turquesa, la lana elegida y comprada por él mismo (se gastó lo suyo, no diré la suma porque resta romanticismo a la historia). Él se negaba a comprarle uno de tantos miles de millones iguales, manufacturado por alguna multinacional, sin nada de gracia ni autenticidad. Y cuando nos encontró, se le encendió la bombillita. Se lo va a regalar por Navidad.
Cuentos de hadas del siglo XXI. Quién quiere conocer el final de la historia?
He aquí el famoso gorro terminado! |