Un día de trabajo cualquiera, una conversación cualquiera. Conversando de todo en general y nada en particular, Quatschen que lo llaman aquí... Ruido de ambiente: platos, vasos y cubiertos tintinean mientras cada uno recoge lo suyo después de comer, y se forma una fila para meter las cosas en el lavavajillas.
Dos personas hablan a la vez, ambas se dirigen a mi. Me propongo contestar, cuando las dos vuelven a hablar y a interrumpirse.
- EH?!
Silencio. Alguien ha soltado un vulgar sonido en lugar de preguntar educadamente "Wie bitte?". He sido yo. Todos nos reímos.
A esto lo llaman adaptación. Cuando las coletillas, modismos y vulgarismos de la lengua materna se acaban introduciendo en una segunda lengua que cada vez tiene menos de secundaria. Así que esto es lo que se siente...
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