jueves, 1 de enero de 2015

16 - 23.10.14: "Medio ejército Alemán pisándonos los talones, ¿y tú quieres ir a Berlín? ¿a la boca del lobo?"

Por fin. Llegó el día, en que el señor Gallego-Galán, de nombre Juan Manuel, besó el suelo al bajar de un avión en el aeropuerto de Schönefeld - Berlin. Y la señora Moya, de nombre Alicia - no vayamos a olvidarnos de ella, estaría feo!-.

Los señores echando la tarde en su salón ostálgico


Una semana de locuras al estilo Broadway, incluyendo multitud de museos (para que no se diga que semos unos incultos), cerveza por vía intravenosa (o casi), definiciones de lo que es el frío y los distintos tipos de chaqueta o abrigo apropiados (ejem, escribo esto un mes y medio después, y en la calle hace cinco graditos bajo cero...), bratwursts, schnitzels y distintas exquisiteces de la gastronomía alemana, y una visita a un karaoke ruso (que en días no festivos parece estar destinado a otras actividades de legalidad dudosa que no vamos a enumerar).

Entre todas las actividades llevadas a cabo durante los siete días, caben destacar las siguientes:

- la noche que cenamos schnitzel con patatas y salimos rodando del restaurante (y el camarero se rió de nosotros por haber comido tan "poquito").

- la visita al museo de Pérgamo, con el altar de Pérgamo recién cerrado (la atracción principal).

Museo de Pérgamo, sin Pérgamo

- la visita al museo Egipcio, donde la estela favorita de Alicia no se encontraba expuesta (y no había explicación para ello).

- la huelga de trenes el fin de semana (cabrones, malditos, y un largo etcétera de ofensas! Cómo osan!).

- el festival de las luces (http://festival-of-lights.de/en/official-video-2012/) maravilloso, espectacular, me he emocionao al verlo.

- la súper tarta de chocolate que le hice al cumpleañero (que nos la estuvimos comiendo para desayunar tres días después)

- las actuaciones estelares en el "casino ruso". Juanma y David cantaron 500 Miles, Alicia y yo cantamos A quién le importa, y David se aventuró en solitario con Walk of Life. Una gran noche. Dato interesante: me puse enferma y me pasé los tres siguientes días en la cama. Bueno, no! Al segundo, creyendo que me encontraba mejor, fui a la oficina, y me mandaron de vuelta a casa por tener cara de echa polvo.

Otra cosa que cabe destacar, pero en la que yo no fui partícipe (porque algunos tenemos que trabajar, oiga), es la visita a la cancillería de Hitler y la frustración de los visitantes al encontrar unos precios exageradamente elevados para comer en el restaurante chino de Hitler (explicaciones aquí).

Juzguen ustedes.

Celebrando el cumpleaños de Herr Gallego







Tarta, y una sonrisa enigmática


Parte delantera del cartelito de bienvenida



... y la parte trasera!



Haciendo el hipster por Berlín. Pero qué hipsters somos!


Herr Gallego, al teléfono con su íntimo amigo Goebbels.

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